La Xunta y el esperpento de su perito en el juicio de Angrois
En un juicio, y más aún en uno tan técnicamente exigido como es el de la tragedia del Alvia, los peritos y sus dictámenes son de suma importancia. Normalmente los jueces conceden una mayor credibilidad a los peritos designados por el juzgado que a los que contratan las partes personadas. Pero el pasado jueves 12 de enero presenciamos uno de los episodios más lamentables que han surgido hasta ahora en este juicio del accidente de Angrois: la comparecencia de uno de los peritos judiciales designados a dedo por la Xunta de Galicia.
Después de casi diez años de la tragedia evitable del Alvia, en la que perdieron la vida 80 personas y más de 140 quedaron heridas con secuelas de por vida, las víctimas y familiares unicamente pedimos que se aclare lo sucedido, se esclarezcan todas las responsabilidades y se haga algo de justicia. Lo pedimos siendo conscientes de que la justicia, al igual que las personas, no es infalible, que tiene limitaciones. Pero lo que vivimos el pasado jueves, con la comparecencia de un supuesto experto que en teoría debería asesorar con independencia y conocimiento de causa a la magistrada que dictará justicia, fue un auténtico esperpento, algo fuera de toda lógica. Una verdadera afrenta a la ciudadanía y a las víctimas y familiares.
El esperpento lo protagonizó Juan Carlos Carballeira Rifón, funcionario de la Xunta que a lo largo de más de cinco horas desplegó una retahíla de contradicciones, rectificaciones y “divagaciones”, según criticó la propia jueza -por no calificarlas como discurso caótico y sin sentido-, que demostraron un absoluto desconocimiento del caso y que superaron la peor de nuestras pesadillas.
Conviene recordar lo sucedido hace años para entender lo ocurrido el jueves y la gran responsabilidad que tiene el Gobierno gallego en todo este despropósito. La Xunta tiene la obligación y la responsabilidad de dotar a los jueces de los medios materiales y humanos necesarios para hacer su trabajo, entre ellos peritos para poder descifrar cuestiones técnicas como las de este accidente. Pero en este caso la Xunta no ha sido capaz de garantizar los medios adecuados para que la justicia funcione correctamente.
El primer juez instructor del caso, Luis Aláez, nombró por sorteo a tres peritos profesionales, pero la Xunta desestimó dos de esos nombramientos al amparo de una normativa autonómica y designó a funcionarios sin experiencia ferroviaria. No pudo imponer al tercer perito al no encontrar un ingeniero de telecomunicaciones.
En un auto de enero de 2014 el juez decía: “Es cierto que la apariencia de imparcialidad puede verse empañada por el hecho de que ha sido la Xunta la que ha designado a los técnicos que han de realizar la pericial”. Las víctimas y familiares compartíamos esa reflexión y tratamos de impedirlo, ya que para saber la verdad y que se depuraran todas las responsabilidades era necesario objetividad, experiencia e independencia. Requisitos que, como cualquier ciudadano entiende, sí cumplen el perito profesional designado por sorteo y un testigo perito de la Agencia Ferroviaria Europea.
Nos parecía intolerable que el poder ejecutivo tratara de influir en la justicia de esta forma, saltándose los principios más básicos de la separación de poderes, pero finalmente la Xunta logró su objetivo. Y el resultado ha sido no sólo la comparecencia del jueves sino hechos como que el señor Carballeira plagiase párrafos enteros de la investigación llevada a cabo por el Gobierno, realizada por la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) y que responsabiliza únicamente al maquinista. Investigación que la UE ha dicho que se debería repetir al incumplir la normativa por falta de independencia y por no analizar las causas que afectan a Renfe, ADIF y Fomento. La Xunta nos ha dado el mejor ejemplo del dicho popular de que lo barato sale caro al elegir como perito a alguien que plagia sin pudor y que igualmente sin pudor ha admitido todo tipo de errores.
No estamos para divagaciones y exigimos que la Xunta dé explicaciones, pida perdón, intervenga e inhabilite a este señor como perito judicial. Porque queremos justicia, pero lo que recibimos el jueves fue una burla propiciada por la Xunta.